2.3.09

¡Compre su bolsa de minutos!

Me carga cuando llegan mensajes de Movistar a mi celular. Y no es porque se lean mejor que mis textos ni porque suenen más convincentes; no, va más allá de eso, hasta la médula misma.
Me pica todo cuando apreto el botón y veo una promoción imbécil a la que no puedo optar, siendo que en lo más recóndito de mi mente (y por qué no decirlo, también de mi corazón) hay una pequeña chispa de esperanza (quizás no tan pequeña) que brilla emocionada anhelando un texto lleno de intencionalidad. Y al no cumplirse la expectativa, la experiencia termina traduciéndose en un espiral de emociones, o más bien en una montaña rusa maldita, donde caigo desde el nerviosismo y la sorpresa hasta la decepción en menos de tres fatídicos y extremos segundos.
Me pregunto si los tarados de Movistar pensarán eso cuando redactan sus malditos mensajes. Tal vez sea una conspiración de los grandes empresarios, con la finalidad de aumentar la tasa de suicidios y por consiguiente sus gruesos y jugosos sueldos. No lo sé en verdad, pero da para pensar.

3 reacciones:

Joséduardo said...

creo que podemos cerrar los ojos
y sentir como el aire nos contiene.!

maderisticabro said...

me limito a sencillamente a poner la siguiente "cara" : ¬¬
pero eso sí, amplificala.

maderisticabro said...

y lo peor es que llegan cuando uno no puede encontrarse peor, anímicamente hablando. Una caca, literalmente.

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