20.9.10

seis

De pronto el 6 me parece un número hermoso. Tal vez se deba al deseo irrefrenable de querer ser retratado en una biografía escrita por ti. O, probablemente, porque ese número encierra una serie de tratados intercorporales que postulan la disolución de fronteras corpóreas, en son del amor y similares.
Como sea. El 6 es un número especial, pues su origen está en un mundo donde el tiempo no posee valor, donde el Pizza Hut es sano y gratuito, donde cada dos cuadras hay un parque en el que sentarse no supone riesgos, donde la realidad es más nítida que en el turbio Santiago de Chile. Y digo más nítida porque dicha realidad está definida por la interioridad, por la carne tibia y palpitante, por el entramado mental y emocional, por el intangible, como quieran llamarlo.
Las raíces de este mundo son inquebrantables, pues están fundamentadas en el más puro de los deseos: aquel de cuatro letras. Y es por eso que de repente el número 6, continente de aproximadamente 180 días, se devela como una meta que a su vez plantea otras metas, cuyo fin común es el ser feliz.
El 6, en definitiva, es una medida de tiempo en la que conocí, de la mano de quien elegí como mi pareja, un lugar seguro donde decidí quedarme.

1 reacciones:

Anonymous said...

「六」が、大好きだった。

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