De pronto, en el viaje de hora cincuenta a mi casa, noté que las dualidades eran un tema recurrente en mi cabeza. Más allá de la porquería del bien y el mal, creo (prácticamente sin fundamentos teóricos) que la personalidad está compuesta por miles de millones de posibles reacciones. Sin embargo, todas ellas se reducen a un "sí o no". Cada decisión que se toma pasa por una de esas dos opciones, cada una cargada de su propio peso moral. Y ahí es donde mágicamente entra el discenrimiento. Simpático, ¿eh? No sé para qué tengo blog, si de frentón debería dedicarme a ser comediante...
En fin, el tema son las dualidades. Las decisiones respecto a uno mismo, estos "sí y no", dan luz a un ser humano que inmediatamente crea un holograma: la imagen ficticia del yo que respondió lo contrario.
La respuesta es fácil para aquellos que toman decisiones sin arrepentirse. Gracias al Tatita Dios que yo soy uno de esos. Mi imagen ficticia está bien contenta bajo la alfombra... bien muerta, diría yo. Ya no hay dudas sobre mis decisiones. Me quedo con el sí de aquí a la China. Sí, esa que tiene un muro bien grande entre medio.
El proceso de eliminación del yo virtual es análogo al abandono al antiguo yo. Todo es sobre dejar ir y contentarse con el presente. Es sobre darse cuenta de que no es cierto que el pasto es más verde en el patio del vecino (a no ser que vivas en San Carlos de Apoquindo y esa competencia sea como ver quién tiene el pene más largo). Lo que se tiene es inigualable. Este presente es fugaz, y hay que atesorarlo y valorarlo. La verdad es que me encanta saber que mi patio tiene una primavera eterna, por así decirlo. (Poesía más barata imposible... Qué vergüenza)
La unificación del yo antiguo con el yo nuevo, y la negación del holograma del what if, son un gran paso hacia adelante en el camino eterno del crecer (eterno hasta que se termina). Unificarse de todas esas formas, e incluso a nivel moral, emocional, sexual o lo que sea, es una experiencia exquisita que permite pasar por la vida sin hologramas estúpidos, ni idealizaciones de sí mismo, ni mucho menos anhelos infantiles por lo que ya fue.
Me acabo de dar cuenta de que este proceso ya lo terminé, y de que no queda más que disfrutar el arcoiris entre las partículas de agua, fragmentos de lágrimas que ya fueron, y que le dan forma a este increíble desplante de colores.
Ah, y por último, dejo una canción sobre unificación y movilización hacia adelante de mi obsesión actual, la encantadora señorita Hamasaki <3
Ayumi Hamasaki - Rainbow from Adolfo Cintron on Vimeo.
1 reacciones:
Dieguin wn escribe un libro! XD
En realidad no sé que haces perdiendo ese talento analitico social.
Amé como explicaste todo son palabras sencillas. Como el decir "si" o "no" tiene el poder de cambiar nuestras vidas. Porque si tú NO hubieses escrito esto, yo no lo hubiese leído. por ejemplo :P (que longi mi ejemplo)
Bueno Dieguin cuidese un montonsote, abrazos apretados de un viejo amigo ^^
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