30.4.10

El reposo

Pepito nunca tuvo la costumbre de reposar. Por lo general, después de comer se disponía a realizar sus dinámicas típicas: salir, estudiar, ir al computador, leer o fumar... pero nunca había pensado en darse un tiempo para descansar. El ritmo vertiginoso de su vida, de alguna forma, lo absorbía por completo. Y es por eso que prefería no pensar en él ni en sus confusos entramados mentales, optando por la evasión y por seguir el vaivén mínimo de una vida seudolineal, y por tanto aburrida.
Un día, a pesar de su miedo a los cambios, Pepito se preparó y experimentó el fenómeno del reposo post-almuerzo, empujado por quien sería la persona con la que querría permanecer para el resto de su vida.
Resultado: sintió como si hubiese encontrado el control remoto de la vida, junto al ticket que lo llevaría a ser una estrella sin siquiera haber actuado una vez.
Pepito se sintió tranquilo y feliz, cómodo en los brazos del reposo, y ansioso por volver a almorzar y repetir la acción una y otra vez.

2 reacciones:

Frank Blackwood said...

Es heavy darse cuenta de que lo que has buscado toda tu vida está en algo tan simple.

Un sentido a la vida que siempre estuvo pero estabamos ciegos a ver.

Ojala estes bien ^^

Anonymous said...

hola

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